Desde que Edward Snowden dio a conocer en verano pasado los programas de espionaje electrónico de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA), han habido muchas críticas sobre esas acciones. Y no sólo por parte de las personas comunes que creen que están siendo monitorizadas injustamente, sino también gobiernos de distintos países se han manifestado al respecto.
Es conocido que la canciller alemana, Angela Merkel, fue espiada y estaba bastante molesta cuando se enteró que su teléfono celular había sido “fisgoneado” por agentes de la NSA. Es por eso que, en un intento por mantener los datos confidenciales más seguros, el parlamento alemán está considerando la medida de utilizar máquinas de escribir manuales.
El presidente de la comisión del parlamento alemán, Patrick Sensburg, dijo que ya están utilizando una máquina de escribir no electrónica y que pudiesen ampliar el uso de esas maquinas, que actualmente se consideran prácticamente obsoletas. La decisión se produce después de que un empleado de una agencia de espionaje alemán fuese arrestado por filtrar información a los EE.UU.
A raíz de ese problema, Alemania ha expulsado al jefe de la CIA en ese país. Y aún después de tomar esa medida, siguen en alerta. Sensburg anunció públicamente que iba a mantener una auditoría periódica, por motivos de seguridad, a su smartphone y que también recomendará a otros miembros del gobierno a hacer lo mismo.
Y parece que Alemania no es el único país que ha pensado en utilizar máquinas de escribir para reforzar la seguridad de la información. El año pasado, el Kremlin decidió gastar unos 15.000 dólares en la compra de máquinas de escribir para ese mismo propósito.
¿Qué te parecen esas medidas? ¿Las consideras extremas, o más bien se justifican?
Volver a las máquinas mecánicas de escribir, me parece un atrazo es regresar al pasado. Pienzo que basta con no conectar la máquina electrónica a la red y una vez obtenido la copia borrar el archivo.
Enrique, muy práctica e interesante tu opinión. Seguramente que ellos han llegado a un punto de desconfianza tan grande que, en vez de hacer algo tan simple y conveniente como lo que tú dices, decidieron más bien hacer algo bien drástico como usar las viejas máquinas de escribir.
Saludos.