El Gigante Azul está adentrándose en el mercado de los semiconductores, y se ha puesto a investigar nuevas soluciones para la próxima generación de los mismos. Para ello, la empresa ha buscado inspiración en la naturaleza, y ahora se encuentra estudiando la posibilidad de crear chips basados en el ADN humano. Según los investigadores, esto permitiría crear microchips mucho más pequeños y baratos.
Esta es la primera vez que se utilizan las moléculas biológicas para el desarrollo de la industria de semiconductores y, en el caso de que la investigación dé sus frutos, las empresas manufactureras podrían ahorrarse muchísimo. El proyecto está siendo conducido por el Centro de Investigación de Almadén, de IBM, y por el Instituto Californiano de Tecnología.
Se espera que ir de complejos diseños a estructuras más sencillas, basadas en la genética, ayudarán al abaratamiento. De acuerdo a las estimaciones hechas por el grupo de investigadores, con este nuevo enfoque se puede pasar de gastar cientos de millones de dólares, a una cifra menor a un millón de dólares. Pero por ser algo que está aún en estudio, el lanzamiento de estos nuevos dispositivos podría demorarse todavía una década.