Músculos artificiales de nanotubos: Más fuertes que el acero

Las cintas de nanotubos de carbono desarrolladas por investigadores de la Universidad de Texas, en Dallas (Estados Unidos), son más fuertes que el acero, elásticas como el caucho y tan ligeras como el aire. Las cintas, que constan de nanotubos enrollados de 11 nanómetros de espesor, pueden estirarse a más de tres veces su ancho normal, pero son más rígidas y más fuertes que el acero. Pueden expandirse y contraerse miles de veces y soportar temperaturas que van desde -190 a más de 1600 ° C. Es más, son casi tan ligeras como el aire, transparentes, conductoras y flexibles.
El material, presentado en la publicación Science de esta semana, fue elaborado por Ray Baughman, director del Instituto Nanotech en la Universidad Tecnológica de Dallas, que está desarrollando diversos tipos de «músculos artificiales» a base de nanotubos de carbono para la prostética y la robótica. Estos materiales cambian de forma y tamaño en respuesta a señales eléctricas o químicas y ejercen 100 veces más fuerza que un músculo humano natural en la misma zona.
Qibing Pei, profesor de ingeniería de materiales en la Universidad de Los Ángeles, en California (Estados Unidos), considera que el material podría ser un buen candidato para las alas que cambian de forma en los aviones. Pei ha desarrollado accionadores de polímero que se amplían hasta en un 400% y funcionan entre -40 y 200° C.
Dado que las cintas de nanotubos son ultraligeras y pueden soportar temperaturas extremas, tal vez también podrían ser útiles para hacer partes de naves espaciales que cambien de forma, según Yoseph Bar-Cohen, investigador científico de alto rango en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (Estados Unidos). «Es emocionante que el material se comporte de esta manera dentro de una amplia gama de temperaturas», explica. «Por un lado tenemos a Marte y en el otro lado tenemos a Venus. Sus temperaturas están dentro de la gama de rendimiento de este material».
Este avance se transforma en una gran promesa que podría servir tanto para reemplazar los sistemas hidráulicos de los exoesqueletos, o podría ser utilizado en robots, máquinas de diversos tipos e incluso en medicina y prótesis humanas.
La verdad que suena bien interesante, sobre todo por la posibilidad de que esta tecnología sea usada en beneficio de personas que realmente lo necesitan, como es el caso de los minusválidos. Esto abre una gran posibilidad de hacer prótesis para ellos.