Tipos de hosting o alojamiento para tu sitio web

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Llega el momento en que quieres tener tu propia página web, bien sea un blog personal, una tienda virtual para vender productos, o un sitio empresarial para dar a conocer a tu compañía y los servicios que ofrece. Las páginas web pueden tener distintos propósitos, pero todas ellas comparten algo en común: necesitan un hosting o alojamiento web. En este artículo te mostramos los tipos de hosting más comunes.

Conceptos Básicos

Para comenzar, vamos a repasar algunos conceptos básicos relacionados con el hosting.

¿Qué es Hosting?

Si todavía no estás familiarizado con el término, web hosting o alojamiento web es un servicio que ofrecen compañías especializadas. Consiste en alquilar equipos de computación bastante potentes (servidores) con el fin de que sus clientes guarden o almacenen en ellos archivos digitales como texto, imágenes, videos o cualquier otro contenido accesible vía Internet.

¿Qué son servidores?

Los servidores no son más que equipos de computación destinados a «servir» funciones específicas. Suelen tener varios CPUs, mucha memoria RAM y gran capacidad de almacenamiento. Funcionan todo el tiempo y las 24 horas del día, para que la información que almacenan siempre esté disponible. Por eso necesitan instalaciones especiales con respaldos de electricidad, temperatura ambiental adecuada y un buen ancho de banda para poder atender las múltiples solicitudes que puedan recibir.

En el caso de un sitio web, los servicios más importantes son el servidor web por supuesto, el servidor de correo electrónico y el servidor FTP (File Transfer Protocol) para subir o bajar archivos.

Pero también, dependiendo de la aplicación web que pensemos alojar, hace falta tener en cuenta el sistema operativo del servidor (los más usuales son Linux o Windows), el tipo de lenguaje dinámico como por ejemplo PHP, Perl, Python, Ruby o ASP, la cantidad de gigas que se usarán para almacenar archivos y las bases de datos que se utilizarán como MySQL, PostgreSQL o Microsoft SQL Server, por mencionar algunas.

Tipos de Hosting

Hay varios aspectos que debemos tomar en consideración al elegir un servicio de hosting. Pero apartando esos detalles técnicos, los tipos de hosting o alojamiento web se pueden resumir como sigue.

Hosting Gratuito

El hosting gratuito, Como su nombre lo indica, es un servicio de alojamiento web gratis. Normalmente ofrecen recursos muy limitados en cuanto a capacidad de procesamiento, memoria, espacio o cuota de transferencia mensual.

Las compañías que ofrecen el servicio suelen agregar publicidad en los sitios que alojan, con lo cual costean los gastos operativos. Algunos en lugar de publicidad, utilizan el servicio gratis para promocionar planes de pago. Así captan posibles clientes, y cuando éstos necesiten más recursos para sus páginas, hay más probabilidades de que contraten con ellos un servicio pago.

No es recomendable utilizar estos tipos de hosting para proyectos serios, sino más bien para hacer pruebas o aprender.

Lo bueno

Muy útiles aprender o también para hacer pruebas, ya que permiten utilizar un entorno real sin gastar nada de dinero.

Lo malo

Sus recursos son muy reducidos.

Al ser gratuitos, muchas veces (aunque no siempre) tienen un servicio de baja calidad. El soporte en caso de dudas o reclamos no es tan bueno como uno quisiera.

Hosting Casero

La verdad que no es un servicio como tal, pero también forma parte de los tipos de hosting. El hosting casero consiste en tomar alguna computadora que tengamos disponible (en nuestra casa u oficina) y usarla como un servidor. Es una forma muy interesante de aprender a configurar y administrar un servidor.

El equipo no tiene que ser súper-potente. Cualquier computador con prestaciones modestas y conexión a Internet nos puede servir. Usando un sistema operativo para servidor (Linux, Windows o incluso Mac), se procede a configurar los servicios que se quieran utilizar (servidor web, servidor de correo, servidor FTP, etc.)

Si piensas aprender, o montar una página web pequeña para compartir alguna información con familiares, amigos o una audiencia pequeña, es perfectamente funcional. Ahora, si el proyecto es algo serio, la verdad que no es aconsejable utilizar un hosting casero. Es mejor contratar un hosting compartido, que hoy en día son bastante baratos.

Lo bueno

Es una experiencia interesante para aprender a administrar y configurar servidores.

Tenemos el control total tanto del hardware como del software.

Muy bajo costo para implementarlo.

Lo malo

Algunos proveedores de Internet no permiten el uso de servidores caseros.

El ancho de banda de los planes domésticos no es suficiente para soportar un sitio con tráfico importante.

Los PCs comunes, aunque pueden utilizarse como servidores, no han sido diseñados para eso. Las partes de los servidores se hacen para funcionar sin descanso, e incluso (a la hora de un fallo) pueden cambiarse “en caliente” (sin apagar la máquina). En los computadores personales, eso no es así.

Hosting Compartido

De todos los tipos de hosting, el hosting compartido es el servicio más adecuado para la inmensa mayoría de los usuarios.

En general, los servidores suelen ser máquinas con prestaciones muy altas. Por otro lado, la mayor parte de los sitios web que existen no necesitan de mucho poder de cómputo para funcionar adecuadamente. Entonces, una misma máquina física (o servidor) se utiliza para alojar varias páginas web a la vez. De allí viene el nombre, ya que el equipo (y sus recursos) es compartido entre varios clientes.

El servicio suele tener todo lo necesario para alojar un típico sitio web. Cada cuenta viene con una interfaz o panel (por lo general cPanel o Plesk), que además de aislar a los usuarios entre sí, hace muy sencilla la administración básica de un sitio web, como crear cuentas de correo, instalar scripts (WordPress, Joomla, Drupal, Foros y más), ver estadísticas del sitio, configurar usuarios de FTP, administrar las bases de datos, crear subdominios, etc.

Aspectos a tener en cuenta

La clave aquí es escoger un proveedor serio y confiable, ya que abundan las empresas que sobrecargan los servidores, colocando una excesiva cantidad de páginas web juntas, ocasionando lentitud, inestabilidad o caídas del servicio. Y también la calidad de la asistencia al cliente es de suma importancia. Un buen proveedor da respuestas rápidas y efectivas cuando hay algún problema.

Un par de proveedores serios son HostMonster y HostGator. Sus precios son bastante decentes, tienen mucho tiempo ofreciendo su servicio y la atención al cliente es destacada. La información y la ayuda es en inglés, pero hoy en día uno se las puede arreglar utilizando herramientas como el traductor de Google. Cualquiera de los dos son una muy buena opción.

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Lo bueno

Suelen ser bastante económicos, y aún así soportan bien el tráfico de sitios personales como un blog, e incluso páginas de profesionales o pequeños negocios.

Tienen todo lo que se necesita para la administración básica de una página web.

Lo malo

Al ser un servicio compartido, los recursos del servidor son utilizados por todas las páginas que allí están alojadas. Si todos los “vecinos” tienen sitios web normales, no hay problemas. Pero si uno (o varios) de esos sitios consumen muchos recursos, el resto de las cuentas que comparten el servidor se pueden ver afectadas en su rendimiento.

Hosting para Revendedores (Reseller)

El hosting para revendedores funciona básicamente igual que los tipos de hosting compartido. De hecho, es un alojamiento web compartido, con la única diferencia de que hay una menor cantidad de cuentas individuales por servidor, para que cada cliente tenga más espacio disponible. En los paneles (cPanel o Plesk) se habilita la opción para que el usuario del servicio pueda crear en su cuenta, varias sub-cuentas. Eso se hace así porque los clientes que contratan ese tipo de hosting están interesados en revender el servicio a otras personas.

Este servicio es ideal para cuando alguien decide incursionar en el mundo del hosting. Arrancar una empresa de alojamiento web desde cero implicaría una gran inversión inicial (compra de equipos, licencias de software, local, etc). Todo eso corriendo el riesgo de que no tenga éxito el asunto. Contratar un plan reseller permite tantear el mercado, y sin arriesgar mucho. Así, si uno comprueba que le va bien en el negocio, puede ir creciendo paulatinamente hasta crear su propia empresa independiente.

También es útil para los diseñadores y creadores de páginas web, ya que pueden ofrecer alojamiento web a sus propios clientes.

En estos tipos de hosting, con mucha más razón se debe escoger un proveedor confiable, para no quedar mal con nuestros propios clientes.

Lo bueno

Se puede explorar el negocio del hosting sin arriesgar mucho. Todo, tanto los equipos como las licencias de software, están incluidos en el servicio.

Lo malo

Cuando hay fallas del sistema, uno debe dar la cara ante los clientes, aunque el problema no haya sido nuestra culpa, y esperar que el proveedor solucione el fallo.

Hosting VPS (Virtual Private Server)

Un hosting VPS o Virtual Private Server es una máquina virtual. Consiste en tomar un servidor físico real, y utilizando la tecnología basada en software llamada virtualización, se crean varias máquinas virtuales dentro de ese servidor principal. Con esa técnica, se le asignan recursos dedicados a cada máquina virtual. El resultado es que al contratar un VPS, es como si estuviésemos al mando de un pequeño servidor dedicado, en el que los recursos como memoria, CPU o espacio de almacenamiento lo utilizamos sólo nosotros, a pesar de compartir una misma máquina física (real) con otros VPS.

Más libertad para administrarlos

Los VPS tienen una orientación más profesional. Al tener recursos dedicados, pueden tener más prestaciones o «aguantar» más tráfico. Además está la libertad de administrarlo a nuestro antojo. Con conocimientos suficientes, se puede configurar según nuestras necesidades.

Aunque también es cierto que últimamente ofrecen VPS administrados. Es decir, se lo entregan al cliente con todo instalado y configurado, listo para usar. Y claro, también se mantiene el acceso de root o administrador. Eso realmente facilita las cosas, pero el precio también es un poco más alto.

Lo bueno

Es una opción muy flexible, ya que como las máquinas son virtuales, a la hora de que necesitemos más recursos, se puede pasar a un plan superior de forma rápida y sencilla (lógicamente, pagando una tarifa mayor).

Como los recursos son asignados individualmente a cada VPS, no corremos el riesgo de que nuestro sitio se vea afectado por usos excesivos de otros clientes alojados en el mismo servidor físico.

Hay más libertad de configuración y mayor control sobre el servidor. Uno pasa a ser el administrador del servidor virtual. Se puede escoger el sistema operativo que preferimos (entre las alternativas que nos ofrecen), instalar aplicaciones o software según nuestras necesidades, etc.

Lo malo

El precio a pagar por el servicio es mayor.

El mayor control que tenemos sobre el servidor, amerita tener buenos conocimientos de administración de servidores, ya que uno debe configurar todo.

Hosting Dedicado

El hosting dedicado consiste en rentar un servidor completo. En estos tipos de hosting todos los recursos del equipo van a estar a disposición del cliente. Tiene prácticamente todas las características de los VPS, con la gran diferencia de que vamos a controlar un servidor físico real. Podemos administrarlo de la forma que creamos más conveniente, y usarlo para prácticamente todo lo que es posible hacer con un servidor. Si en el caso de los VPS el costo es superior, aquí lógicamente es mucho mayor. Y también hace falta tener muy buenos conocimientos en administración de servidores, o en su defecto contratar a alguien calificado.

Tal como sucede con los VPS, hay proveedores que, a cambio de una tarifa más alta, ofrecen servidores dedicados administrados. Entregan todo instalado y configurado de antemano. Y uno como cliente, sigue teniendo acceso root, pero contando con el apoyo del personal técnico.

Un servidor dedicado es útil (y necesario) cuando tenemos un sitio web con muchísimo tráfico. O cuando se piensa subarrendar y sacarle provecho, tal como lo hace la propia empresa con la que contratamos el servicio.

Lo bueno

Tenemos todos los recursos del servidor y su poder de cómputo a nuestra disposición.

Contamos con una libertad amplia para administrar y configurar esos recursos.

Lo malo

El precio. Son costosos.

Igual que con los VPS, hay que tener buenos conocimientos de administración de servidores.

Housing (Colocación)

El housing o colocación es una modalidad de hosting que consiste en arrendar sólo el espacio físico en un datacenter. El servidor como tal (el equipo completo con su hardware y software) lo pone el cliente. La idea aquí es aprovechar las instalaciones especializadas que tienen los proveedores de hosting. Allí se contará con respaldo de energía, conexión a Internet redundante y con un amplio ancho de banda, resguardo físico apropiado, temperatura ambiente controlada, equipos de redes de primera (routers, switches, balanceadores de carga, etc.). Es decir, el servidor va a compartir la infraestructura del proveedor de alojamiento web.

Estos tipos de hosting los suelen utilizar empresas medianas a grandes, relacionadas con servicios de Internet, que no quieren hacer gastos en infraestructura y a la vez desean usar sus propios servidores.

Lo bueno

Control total del servidor (o servidores), tanto de su hardware como de su software.

Uso de un servidor propio en instalaciones profesionales y diseñadas para el alojamiento web.

Lo malo

Si el servidor se daña, el cliente debe correr con los gastos.

Todo el mantenimiento y administración del servidor recae sobre el cliente.

Cloud Hosting (Hosting en la Nube)

El cloud hosting o hosting en la nube, es relativamente reciente. Se trata de una evolución del hosting tradicional. Usando tecnologías propias de la nube, se reparte el servicio prestado entre varias máquinas físicas. Es algo así como un gran servidor virtual, formado por varios computadores físicos, y que trabajan en conjunto.

El proveedor de cloud hosting tiene más control sobre todo el poder de cómputo de su infraestructura, y administra mejor la asignación de recursos a sus clientes. También el servicio es más fiable, ya que si uno de los servidores físicos falla, el conjunto sigue funcionando como si nada. Los demás servidores se encargan de suplir los servicios, mientras se soluciona el problema. En este modelo se suele utilizar el cobro por servicio consumido.

Amazon con su AWS (Amazon Web Service) fue quien popularizó estos tipos de hosting.

Vale la pena mencionar también a DigitalOcean, un proveedor reciente pero con un crecimiento importante. Ellos ofrecen servidores VPS, pero basados en la nube y a muy buen precio. Un VPS con 512 de memoria RAM, 20 GB de almacenamiento SSD y 1 TB de transferencia mensual cuesta tan sólo 5 dólares mensuales. En Amazon, uno similar saldría en 15 dólares aproximadamente.

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Lo bueno

Las caídas del servicio son prácticamente nulas por la redundancia del sistema.

Fácil asignación de recursos ante una mayor demanda.

Se adaptan bien a los requerimientos cambiantes del usuario.

Tiene una buena relación calidad/precio.

Lo malo

Algunos opinan que, por compartir recursos entre los usuarios, no se garantiza una total privacidad de los datos sensibles.

Resumen

Como vemos, el mundo del web hosting o alojamiento web nos ofrece varias alternativas. Contamos con muchos tipos de hosting para escoger. Sólo debemos identificar cuál es la que más nos conviene para nuestro proyecto.

Si queremos aprender o hacer pruebas, un hosting gratuito o un hosting casero serían los ideales. Para un sitio web mediano, un hosting compartido es más que suficiente. Si queremos probar suerte en el negocio del alojamiento web, un plan de reseller nos vendría como anillo al dedo. Si hablamos de proyectos un poco mayores o con muchísimas visitas, es hora de pensar en un VPS, en el cloud hosting o en un servidor dedicado.

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1 Comentario

  1. Elimar Reyes Dice

    Cada hosting ofrece ventajas y diferencias de pago, pero es recomendabke conocer los diferentes tipos a la hora de elegir el indicado para un proyecto web.

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